viernes, 29 de abril de 2011

Santificarás os textos (o texto X e o canto de Deus)


A continuación reproducimos o textiño de Santo Agostín das súas Confesións, Libro VIII, cap. XII, epígrafes 28-30, tomado da rede, para que podas apreciar a semellanza entre o santo romano da Idade Antiga e o santón do "british pop", Mr. Dave Davies dos Kinks, amén:



"Cómo se convirtió de todo punto, amonestado de una voz del cielo:
28. Luego que por medio de estas profundas reflexiones se conmovió hasta lo más oculto y escondido que había en el fondo de mi corazón, y junta y condensada toda mi miseria se elevó cual densa nube y se presentó a los ojos de mi alma, se formó en mi interior una tempestad muy grande, que venía cargada de una copiosa lluvia de lágrimas. Para poder libremente derramarla toda y desahogarme en los sollozos y gemidos que le correspondían, me levanté de donde estaba con Alipio, conociendo que para llorar me era la soledad más a propósito; y así me aparté de él cuanto era necesario, para que ni aun su presencia me estorbase. Tan grande era el deseo que tenía de llorar entonces; bien lo conoció Alipio, pues no sé qué dije al tiempo de levantarme de su lado, que en el sonido de la voz se descubría que estaba cargado de lágrimas y como reventando por llorar, lo que a él le causó extraordinaria admiración y espanto, y le obligó a quedarse solo en el mismo sitio en que habíamos estado sentados.
Yo fui y me eché debajo de una higuera; no sé cómo ni en qué postura me puse, mas soltando las riendas a mi llanto, brotaron de mis ojos dos ríos de lágrimas, que Vos, Señor, recibisteis como sacrificio que es de vuestro agrado. También hablando con Vos decía muchas cosas entonces, no sé con qué palabras, que si bien eran diferentes de éstas, el sentido y concepto era lo mismo que si dijera: Y Vos, Señor, ¿hasta cuándo, hasta cuándo habéis de mostraros enojado? No os acordéis ya jamás de mis maldades antiguas.
Porque conociendo yo que mis pecados eran los que me tenían preso, decía a grito con lastimosas voces: ¿Hasta cuándo, hasta cuándo ha de durar el que yo diga, mañana y mañana?, pues ¿por qué no ha de ser desde luego y en este día?, ¿por qué no ha de ser en esta misma hora el poner fin a todas mis maldades?
29. Estaba yo diciendo esto y llorando con amarguísima contrición de mi corazón, cuando he aquí que de la casa inmediata oigo una voz como de un niño o niña, que cantaba y repetía muchas veces: Toma y lee, toma y lee. Yo, mudando de semblante, me puse luego al punto a considerar con particularísimo cuidado si por ventura los muchachos solían cantar aquello o cosa semejante en alguno de sus juegos; y de ningún modo se me ofreció que lo hubiese oído jamás. Así, reprimiendo el ímpetu de mis lágrimas, me levanté de aquel sitio, no pudiendo interpretar de otro modo aquella voz, sino como una orden del cielo, en que de parte de Dios se me mandaba que abriese el libro de las Epístolas de San Pablo y leyese el primer capítulo que casualmente se me presentase. Porque había oído contar del santo abad Antonio, que entrando por casualidad en la iglesia al tiempo que se leían aquellas palabras del Evangelio: Vete, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y después ven y sígueme; él las había entendido como si hablaran con él determinadamente y, obedeciendo a aquel oráculo, se había convertido a Vos sin detención alguna. Yo, pues, a toda prisa volví al lugar donde estaba sentado Alipio, porque allí había dejado el libro del Apóstol cuando me levanté de aquel sitio. Tomé el libro, lo abrí y leí para mí aquel capítulo que primero se presentó a mis ojos, y eran estas palabras: No en banquetes ni embriagueces, no en vicios y deshonestidades, no en contiendas y emulaciones, sino revestíos de Nuestro Señor Jesucristo, y no empleéis vuestro cuidado en satisfacer los apetitos del cuerpo.
No quise leer más adelante, ni tampoco era menester, porque luego que acabé de leer esta sentencia, como si se me hubiera infundido en el corazón un rayo de luz clarísima, se disiparon enteramente todas las tinieblas de mis dudas.
30. Entonces cerré el libro, dejando metido un dedo entre las hojas para anotar el pasaje, o no sé si puse algún otro registro, y con el semblante ya quieto y sereno, le signifiqué a Alipio lo que me pasaba. Y él, para darme a entender lo que también le había pasado en su interior, porque yo estaba ignorante de ello, lo hizo de este modo. Pidió que le mostrase el pasaje que yo había leído, se lo mostré y él prosiguió más adelante de lo que yo había leído. No sabía yo qué palabras eran las que seguían; fueron éstas: Recibid con caridad al que todavía está flaco en la fe. Lo cual se lo aplicó a sí y me lo manifestó. Pero él quedó tan fortalecido con esta especie de aviso y amonestación del cielo, que sin turbación ni detención alguna se unió a mi resolución y buen propósito, que era tan conforme a la pureza de sus costumbres, en que había mucho tiempo que me llevaba él muy grandes ventajas. Desde allí nos entramos al cuarto de mi madre, y contándole el suceso como por mayor, se alegró mucho desde luego, pero refiriéndole por menor todas las circunstancias con que había pasado, entonces no cabía en sí de gozo, ni sabía qué hacerse de alegría; ni tampoco cesaba de bendeciros y daros gracias, Dios mío, que podéis darnos mucho más de lo que os pedimos y de lo que pensamos, viendo que le habíais concedido mucho más de lo que ella solía suplicaros para mí por medio de sus gemidos y afectuosas lágrimas. Pues de tal suerte me convertisteis a Vos, que ni pensaba ya en tomar el estado del matrimonio ni esperaba cosa alguna de este siglo, además de estar ya firme en aquella regla de la fe, en que tantos años antes le habíais revelado que yo estaría. Así trocasteis su prolongado llanto en un gozo mucho mayor que el que ella deseaba, y mucho más puro y amable que el que ella pretendía en los nietos carnales que de mí esperaba."


Sic transit gloria mundi, meu amigo. Long life r&r...

Ugh!

martes, 19 de abril de 2011

Dave Davies, The Kinks, a paranoia e a salvación (o texto X)


O texto X está sacado de Autobiografía (Lenoir Ediciones), de Dave Davies, irmán do líder dos Kinks, Ray Davies ("Ray", no texto), o máis importante compositor do grupo, se ben Dave ten algunhas cancións coñecidas. En calquera caso Dave é o creador dese son da guitarra de "You really got me", considerado un dos precedentes, xunto co son dos Who e coa cancionciña dos Beatles do Álbum Branco titulada "Helter Skelter" que, atención, está composta polo máis inesperado, McCartney, un dos precedentes, dicíamos, diso que a xente ten o costume de chamar heavy (Steppenwolf e Led Zeppelin á parte).
Pode que non coñezas aos Kinks, pero ese grupo era parte da movida dos sesenta en Londres, xunto cos Who, os Stones, os Beatles, os Animals e catro ou cinco mil máis. Algunhas das composicións de Ray Davies non teñen nada que envidiar en absoluto ás dos outros grupos antes nomeados.
O texto X sempre me recordou a outro doutro roqueiro, San Agostín de Hipona ( ss. IV-V), nas súas Confesións, cando fala do momento da súa conversión ao cristianismo xunto ao seu amigo. Aquí temos a Dave, vítima da paranoia nunha habitación do hotel na enésima xira, xa insoportable. Escoita voces, e ao final, igual que Agostín cre escoitar na canción dun neno que xoga a mensaxe de Deus, Dave atopa unha saída salvífica que evita o seu suicidio en Linda. Curioso. De feito, Dave deixóuse despois ir polo camiño de certas crenzas un tanto chocantes (extraterrestres, ocultismo, etc.).
Moitas veces lemos cousas sobre extraños e violentos comportamentos dos roqueiros nos hoteles (os baterías dos Who e dos Led lévanse o premio, pero os compoñentes dos Faces ou do autor do texto X non andan lonxe, e ás veces facían das súas xuntiños, porque Deus críaos e eles xúntanse). Neste texto X podemos ver que as xiras, o tempo fóra da casa e afastados dos amigos e familiares explican en parte esas condutas. Unha das maiores diferencias que Ron Wood nota cando pasa dos Faces aos Stones a partir do 75 é precisamente a vida nos hoteis e o transcurso das xiras: era ben diferente nun grupo e noutro. Subir aos Stones era nos setentas deixar certas situacións que agora no texto X somos quen de ver e oír.

lunes, 18 de abril de 2011

Patti Smith, Robert Mappelthorpe e o Chelsie Hotel (o texto IX)


Metidos no texto IX. Catro breves fragmentos entre as páxinas 105-181 de Éramos unos niños, publicado por Lumen o ano pasado, o libro de Patti Smith no que homenaxea ao famoso fotógrafo Robert Mappelthorpe ("Robert", no texto IX), amigo xa morto e compañeiro de fatigas antes do éxito e a fama (de ambos).
Están os catro extraídos dun capítulo dedicado á vida no Chesie Hotel de N.Y., en 1969. É un famosísimo hotel polo que pasaron persoas tan coñecidas como as que neste enlace podes ver, algunhas das cales son nomeadas nas páxinas deste texto IX. Non poucas do cosmos do r&r.
Nestes catro fragmentos Patti Smith fala de escritores como Dylan Thomas (Bob Dylan toma o seu apelido do nome deste poeta); asasinos como Charles Manson; a primeira vítima do rock dos sesenta, Brian Jones (logo seguirían outras tres "jotas": Janis Joplin, Jimi Hendrix e Jim Morrison); a fugaz aparición de Hendrix; a patética aparición de Janis; a porta da habitación de Arthur Clarke; etc.
(Para ver máis cousas de Patti Smith, pincha aquí).

sábado, 16 de abril de 2011

It´s only rock´n´roll, but I like it (we´re back!)



Dábannos por mortos..., mais estamos de volta!
En fin, que se non editaba este vídeo neste blog morría..., e aí o tes.
Ah, aqueles felices tempos na Armada...
Por certo, había outros por alí que tamén:


Temos pois unha nova entrega, a terceira, e agora con textos escritos polos propios delincuentes: Patti Smith, falando dos tempos do famosísimo Chelsea Hotel de N.Y, co seu amigo o fotógrafo xa morto Mappelthorpe; o guitarrista dos Kinks, Dave Davies, en plena crise e tocando fondo, na habitación do hotel de turno; Ronnie Wood en compañía de Keith Richards por esas autopistas estadounidenses de Deus perseguidos pola policía; Bob Dylan sermoneado polo pai Bono (o de U2, non o pai Bono de por acá) e fuxindo en moto. En próximas entradas completaremos a presentación destes textos.
A curtametraxe "After-Action" (1967) do cineasta alemán Hellmuth Costard contaba o que soe omitirse nas historias policíacas: o que pasa xustiño despois do atraco, ou xustiño antes de que sexan capturados, ou o tempo de espera... (Anos despois, o listo do pobo, o señor Tarantino, filma a súa peli "Reservoir Dogs" onde a pantasma de Costard planea sen dicir palabra).
Nós xogamos nesta Entrega III a algo parecido: nas xiras, entre actuación e show, nas estradas, nos hoteis, nos tempos mortos, ou nas esperas a que chegue o tempo dunha (Patti Smith), ¿que ocorre coa fauna do r&r? O antes e o despois do que vemos no escenario. Hoteis e estradas, "carretera y manta", que dicía o castizo.